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Nombrando lo imposible: antología de microrelatos y cuentos breves.
- abril 9, 2019
- Posted by: jardinyescueladeartes
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“Palabras mágicas” – Taller de experimentación con la palabra / 2018
ESCUELA DE ARTES – Lic. María Laura Peón
Autores grandes:Borges, Jorge LuisShúa, Ana MaríaVan Bredam, Orlando
Autores chicos: Ártico, BautistaCenturión, Quimey AlexanderCórdoba Szabo, Luana ValentinaFernández, LuanaMartínez, Thiago BenjamínNavarro, Sofía VictoriaPardo Rosa, Oriana Sofía Sobrado, BautistaVázquez, Lucas Wyss, Sofía
1) Juegos de la culpa
El asesino levanta su cuchillo en medio de la noche y lo baja sobre su víctima. Una y otra y otra vez. La corta en veinticinco pedazos que esconde en dos bolsas. Las ubica debajo de la cama donde, con esfuerzo, trata de dormir. Cuando lo logra, sueña con el cuchillo que cae una y otra y otra vez sobre la misma víctima. La corta en veinticinco pedazos que esconde debajo de la cama donde ahora despierta sobresaltado. Un presentimiento lo lleva a mirar y a descubrir con espanto que son cuatro las bolsas que en la penumbra esperan para que él las haga desaparecer con el nuevo día.Orlando Van Bredam (Las armas que carga el diablo)
2Juegos de la culpa para Anayro
Anayro, Anayroooooooo, me susurra al oído el jarrón de porcelana roto de mi mamá.Quimey A. Centurión
3) Abro una puerta y un hacha me mata. Estoy en el cielo. Vuelo para arriba y vuelvo al mismo lugar donde morí. Bautista Sobrado
4) La depresión cae con un cuchillo atravesando mi cuerpo. Manchada en la mentira. Sin ser yo. Sin vuelta atrás. Sin solución. Luana Fernández
5) Los dos reyes y los dos laberintos:Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: «¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso.»
Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con Aquél que no muere.Jorge Luis Borges (El Aleph)
6) Estoy en un desierto sin puertas ni ventanas ni paredes. A lo lejos veo un arroyo. Hay una puerta, paso y estoy en mi casa. Paso por la misma puerta y estoy muerto. Bautista Sobrado
7) Me despierto en un mundo desconocido. ¿Y en donde estoy?, es lo primero que me pregunto a mí mismo. ¡Estoy perdido en un laberinto sin puertas, paredes, escaleras o cosas que me corten el paso! Un momento de lucidez viene a mi mente. Un país invadido y yo desmayando de sed y hambre. Quimey Centurión
7) Un sueño:En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular… El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben. Jorge Luis Borges (La cifra)
8) Atrapada en mi laberinto mental, dudando. Asustada, desencantada, descorazonada.Luana Fernández
9) Cuando estás completamente solo, imaginás que estás escuchando algún sonido. Cuando dejás de escucharlo, sabrás que has sido descubierto.Lucas Vázquez
10) Me ven pero yo no los veo. Pero ellos no me ven.Thiago Martínez
11) Me levanto a las 6 a.m., prendo la tele y veo a mi mamá comiendo huesos. Abro la puerta de mi pieza y estoy en un desierto. La puerta sigue donde estaba pero cuando llego a la puerta de mi pieza en el desierto, soy viejo. Vuelvo a mi sofá. Y soy joven. Bautista Sobrado
12) Estoy en un mundo vacío y blanco. Soy lo único de color. Pero, al instante, es al revés. Lo vacío y blanco soy yo. Y estoy en un mundo a color. Quimey Centurión
13) Cuando quiero correr no puedo. Y cuando quiero caminar, tampoco puedo. Thiago Martínez
14) Yo estoy en el desierto con mi loro Arturo. Encontramos agua limpia pero cuando llegamos estaba sucia y no la pudimos tomar. Y nos quedamos ahí nomás pero nunca morimos. Sofía Wyss
15) Me levanté a las 12,00 a.m. y vi la tele. Y vi un chico en la tele y después otro chico, y otro chico. Y otro. Lucas Vázquez
16 [60] Apenas me despierto, mi ropa se apresura a colgarse de las perchas. El espejo se abraza a la pared como si nunca la hubiese abandonado y el velador vuelve a la mesita de luz con el paso cansado de un noctámbulo a la hora del desayuno. Cuando abro los ojos, todos están más o menos en su lugar. La cómoda, para disimular, silba un tango bajito. Si no fuera por el desorden de mi ropero, podría creer que aquí no ha pasado nada. Ana María Shúa (La sueñera)
17) Cuando dormía, soñé que la luna se caía. Al despertar, aparecí en la luna comiendo papas fritas. Bautista Ártico
18) El yacaré pasó ayer, pasó hoy y pasará mañana al lado de mi cama. Sofía Wyss
19) Me desperté y me di cuenta de que al lado mío había un fantasma malvado. Me fui a ver la TV ignorando a ese fantasma y la TV ya estaba prendida y él estaba allí. Cambié de canal y seguía allí. Sofía Victoria Navarro
20) Me levanto a las 6 a.m. y me siento en mi sofá y mi perro sigue dormido. Lo doy vuelta y hay dos a la vez. Bautista Sobrado
21) Cuando voy a la escuela, mis mariposas están pegadas a la pared. Cuando vuelvo están volando en mi pieza. Luana Córdoba Zsabo
22) A las 12 de la noche, encontré un monstruo leyendo mi libro. Y cuando miré al costado, había miles. Bautista Ártico
23) Me levanté para escuchar un sonido de mi puerta y después se abrió de golpe. Y yo vivo solo. Lucas Vázquez
24) Estoy dormida. De pronto escucho un ruido. Me escondo. Cierro los ojos. Cuando abro los ojos, ya no estoy escondida. Luana Córdoba Zsabo
25 [111] Me adelanto a una velocidad fulgurante, ya estoy en el área penal, desbordo a los defensores, el arquero sale a detenerme, me escapo por el costado, cruzo la línea de gol, me voy contra la red. El público grita enloquecido. Flor de golazo, comentan los aficionados. Flor de patada, pienso yo, dolorida, mientras me alzan para llevarme otra vez a la mitad del campo. Ana María Shúa (La sueñera)
26) Mi tortuga me pellizca, me muerde y me saca la lengua a la hora de la cena. Sofía Wyss
27) Dejé mi microrrelato entre las frutas y cuando llegué de la escuela era enorme. Bautista Ártico
28) Estoy ciego pero veo. Sigo vivo pero muerto. Quimey Centurión
29) Subimos al avión a las doce del mediodía. Me dormí. Aterrizó el avión. Y de nuevo eran las doce del mediodía. Así que almorcé de nuevo. Bautista Ártico
30) De un momento a otro, de blanco a negro, sin saber qué ser y no ser. Pero yo reconozco que entre blanco y negro también existe el gris. Luana Fernández
31) El cartero tocó la puerta y una voz dijo: ¿quién es? El respondió: yo, señora. Y el cartero miró para el balcón y asomando su cabecita, apareció el loro Arturo. Esta historia es real. Sofía Wyss
32) Pancho, el perro no querido
Había una vez un perrito llamado Pancho que estaba en la calle porque sus dueños lo habían abandonado porque era muy travieso y porque rompía todo.Después de caminar por todo el vecindario, Pancho encontró una casa donde había una señora sola y con muchos perros. Cuando la señora vio a Pancho se dio cuenta de que estaba perdido y hambriento. Le dio un pedazo de carne y Pancho se dio cuenta de que ahí se podía quedar. Thiago Martínez
33) Me fui a la tienda y tenía cien pesos cuando entré. Pestañeé y, en lugar de tener cien pesos, tenía diez. Oriana Pardo Rosa
34) Hay pájaros muertos en el cielo
A lo mejor fue Lautaro, mi hijo menor, el primero en descubrirlos. Lo cierto es que estaban allí, rígidos, como clavados en el cielo de la tarde, con la alza desplegadas. Su inmovilidad asustaba. No habrán sido más de dos o tres el primer día, pero al siguiente había más de cien y ninguno de nosotros miraba ya hacia la tierra. Todos estábamos distraídos pensando cómo hacían para desafiar las leyes divinas y mantenerse a no más de cincuenta metros del suelo.Con las horas, aquella plaga insólita no sólo movía al asombro sino también a la exasperación. ¿Qué querrá decir todo esto –nos preguntábamos- quién, por qué, para qué armó esta espléndida exhibición detenida, encarcelada por hilos invisibles? No hay hilos, afirmaban unos; no hay nada más que aire, confirmaban otros. Tal vez se trate de una proyección de imágenes, fundamentaban los escépticos. Para mí es el anuncio del apocalipsis, rezaba un evangelista aferrado a su biblia. Una invasión extraterrestre, una artimaña de otra galaxia, aseguraba un ovnitólogo. La desaparición de la atmósfera por obra de depredadores químicos ha generado el vacío como en el espacio, conferenciaba un científico. Una huelga, se cansaron de volar sin obra social, protestaba un gremialista. Un ardid del gobierno para distraernos, argumentaba un diputado de la oposición. Se ha roto el equilibrio natural, clamaba un ecologista. Es una hipnosis colectiva, explicaba un ilusionista. Es una protesta por la falta de amor en el mundo, escribía un poeta. Son las almas que esperan reencarnarse en los hombres, informaba un espiritista. Son los precios, son los precios, bromeaba un economista. Son los niños que se portan mal y no hacen los deberes, sentenciaba la maestra.Lautaro fue el primero en descubrirlos y el primero en advertir: -Papá… ¿nadie se dio cuenta de que son hermosos? Orlando Van Bredam (Las armas que carga el diablo)