Los videojuegos en los niños/as

Los videojuegos son programas de computadora que conectados a la televisión integran un sistema de video y audio donde los participantes pueden vivir experiencias disfrutando actividades que en la realidad no practicarían. Comenzaron a partir de la década de los 80 y han evolucionado hasta tal punto que incluso quien los juega realiza movimientos delante de la pantalla que se convierten en la actividad del personaje; también a través de internet pueden jugar con otros participantes que se encuentran en cualquier parte del mundo.Aunque es más común en los niños, el mercado cada vez incluye más variedad para que les resulte interesante también a las niñas. Lo cierto es que sus efectos han sido muy discutidos, catalogados básicamente como nocivos, sin embargo ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Qué nos dicen las investigaciones al respecto? El uso de los videojuegos es un tema que suele preocupar a los padres en nuestros días pero como en toda actividad podemos mencionar ciertos efectos negativos y otros positivos, algunos de los cuales son:

Efectos negativos:

Que el juego tome el control sobre el jugador, esto es que todo el tiempo quiera jugar, centrado en el juego todo su pensamiento, e incluso recurriendo a mentiras y artimañas para seguir jugando.

Anteponer el uso del videojuego a otras actividades como el estudio, la lectura, el deporte o la convivencia con otros niños llevándolo al aislamiento.

Promueve el sedentarismo acompañado del consumo de alimentos que suelen ser chatarra. Aunque ahora algunos juegos ya incluyen movimientos por parte de quien los juega, todavía quedan muchos que implican estar sentados moviendo sólo los controles.

Molestias físicas como dolores en los ojos o en la cabeza por mantener la vista fija. También musculares por las posturas o en las manos por el movimiento repetitivo de los dedos.

Los juegos violentos de guerras, destrucción, violencia callejera, atropellos, pueden generar pautas de conducta dañinas en los niños.

El gasto económico que implica, pues por lo general tienen un final que una vez conseguido se pierde el interés por el juego y se busca adquirir más, siendo productos caros.

Efectos positivos:

Favorecen la coordinación visual y manual, por lo que puede fomentar las destrezas manuales.

Promueven la perseverancia en los niños pues para conseguir terminar el juego tienen que intentarlo en repetidas ocasiones.

Fomenta la tolerancia a la frustración pues los juegos se basan en ensayo y error, van a perder varias veces antes de conseguir su objetivo.

Algunos incluyen toma rápida de decisiones, lo que impide que el niño se quede atrapado en las dudas, pues debe seguir jugando.

Se estimula la memoria y la retención de ciertos conceptos numéricos.

El intercambio de juegos puede favorecer la socialización y el sentimiento de pertenencia a un grupo con el que comparte intereses en común.

Si bien es cierto que los videojuegos estimulan el desarrollo en los niños de la anticipación y planeación, tan importante en la vida cotidiana, el riesgo está en el exceso.

Como padres hay algunas indicaciones útiles a tomar en cuenta que son las siguientes: 1) Vigilar el contenido de los videojuegos: esto implica asegurarnos que sean los adecuados para la edad del niño y acompañarlos cuando empiecen a jugar, para asegurarnos que no contengan escenas violentas y dañinas. 2) Limitar el tiempo dedicado al juego: algunos autores recomiendan dedicar un máximo de 3 ó 4 horas a la semana. El tiempo de juego se puede utilizar como un reforzador positivo, por ejemplo: cuando termine con sus obligaciones o al obtener una buena calificación. 3) Favorecer la vida familiar: realizar actividades que promuevan la convivencia familiar, incluso puede ser interesarnos en sus juegos y participar junto con ellos/as, sin dejar de lado otras actividades importantes como los paseos, la práctica de algún deporte en familia, etc.

Rosa María Rodríguez

• Psicóloga
• Maestría en terapia familiar