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Control de esfínteres, ¿cómo lo trabajamos?
- febrero 3, 2021
- Posted by: jardinyescueladeartes
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El control de esfínteres es una situación que en ocasiones despierta mucha angustia en los padres y llega a originar situaciones de tensión con los hijos; incluso se presta a competencia entre otros niños de la misma edad, calificando de esta forma el grado de desarrollo psicomotor, obediencia, estimulación.
Existe un consenso que nos diga la edad exacta en que los niños comiencen a controlar sus esfínteres , pero en términos generales se estima entre los 18 a los 24 meses . Es preciso entender que cada niño es diferente y llevará a cabo este proceso cuando esté listo.

Esto depende no sólo del grado de madurez y desarrollo de músculos y nervios que hacen posible el control voluntario de los esfínteres.
Intervienen también otros factores como la relación madre hijo, la participación de otras personas que están al cuidado de los niños, es decir aquellas personas que se encargan de establecer límites, además de aquellos que se encargan de estimularlos o mantener una relación cordial, sin maltrato ni presión para lograr el control a temprana edad.
Los hábitos intestinales también juegan un papel muy importante, pues un niño que padece estreñimiento por lo general presentará dolor al evacuar, y siempre que pueda tratará de evitarlo, lo cual hará difícil el proceso de control, inclusive traerá esto como consecuencia la retención voluntaria de materia fecal creando otro tipo de problemas intestinales, así mismo los niños que cursan con cuadros intermitentes de diarrea, pudieran presentar aparentes retrocesos cuando ya controlaban y de repente se vuelven incontinentes dada la urgencia de evacuar. En otras circunstancias se da el caso de el niño que se encuentra en etapa de inicio de control de esfínteres y se asocia la llegada del hermanito, al observar los cuidados del nuevo bebé y el cambio de pañal, los niños presentan entonces regresiones y requieren de volver a utilizar el pañal.

Las actividades en grupo que se desarrollan en el Jardín Maternal participan notablemente en el alcance del control. Es imprescindible comprender la importancia evolutiva de esta adquisición fijando pautas comunes entre padres y docentes:
• Elegiremos el día en que por primera vez lo dejaremos sin pañales.
• Nos aseguraremos, previamente, que el niño no esté elaborando alguna otra situación emocional: embarazo, nacimiento de un hermano, mudanza, adaptación.
• Respetaremos su horario. El que le pide su propio cuerpo.
• Elogiaremos sus éxitos por pequeños que sean. Así crecerá su confianza y mejorara el proceso.
• Evitaremos retos, amenazas o castigos. Estos, solo retardan el aprendizaje y pueden producir temor.
• Pactaremos un tiempo de prueba de dos semanas antes de evaluar el proceso.
• Es importante que los padres no se muestren impacientes, por la adquisición del control.
• El momento en que los niños se liberan definitivamente de los pañales, llega a su tiempo.
APRENDIZAJES PREVIOS
Antes de iniciar esta etapa es necesario averiguar, observar las señales que nos permitan saber, que efectivamente el niño está preparado para el aprendizaje.
Estas suelen ser:
• El niño percibe las sensaciones físicas previas a la micción o la evacuación, y puede identificarlas: cambia la expresión de su cara porque tiene ganas de hacer sus necesidades, interrumpe la marcha o el juego de repente, busca un rincón, etc.
• Es capaz de reprimir esta necesidad durante un corto lapso de tiempo.
• Demuestra una intención imitativa con las figuras referenciales del padre y la madre.
Pretender parecerse a los papás denota un deseo de crecer y una disposición a abandonar algunos hábitos infantiles.
• Cuando está sucio, demuestra desagrado y pide que lo cambien.
• Mantiene cierta regularidad en sus deposiciones; los pañales permanecen secos al menos por una hora y media.
• Le gusta ir al baño y jugar en él
• Expresa deseos de sentarse en el inodoro, aunque no lo logre, o solo sea una actitud lúdica.