La resiliencia es la capacidad para superar una situación adversa y salir fortalecidos de experiencias difíciles. Se construye desde la infancia a partir de estimular determinadas actitudes, sentimientos y pensamientos que conforman la personalidad. Si educamos a los niños en la resiliencia, podrán enfrentarse a las adversidades y aprender de las mismas.
A través de la modalidad de juego en sectores los niños aprenden a elegir a qué jugar, con quién jugar y con qué materiales. De este modo, los niños conquistan mayor autonomía a la vez que aprenden a compartir sus juegos y los materiales, a relacionarse con sus pares y con sus maestros.